Cenicienta en Madrid

Esta es la historia de una chica alegre, tanto que es adicta a la risa, la necesita como el aire y si no tiene su dosis diaria se apaga, se le apaga el cutis, se le apaga el alma y se le acaban las pilas, le gusta viajar, la moda, el arte, la lectura, el campo, la ciudad, el mar, salir con sus amigos y disfrutar de cada momento  y más si le acompaña el sonido de la risa de alguien.

Una noche después de salir de una fiesta, en la que había recargado pilas con el sonido de las risas de sus amigos y la suya se despidió de ellos y al  cruzar la calle para coger un taxi, una moto le golpeó en un paso de peatones haciéndole caer al suelo, el motorista (que era mu mala gente) se dió a la fuga, sin saber que le había pasado sintió que alguien le agarraba suavemente el brazo y le preguntaba si estaba bien, aturdida al centrar la mirada, vió que la voz salía de un hombre guapo muy guapo (tanto que le daba corte mirar) y al decir con un hilo de voz un si imperceptible él le dijo que se la llevaba a un hospital para que le hicieran un reconocimiento, la chica intentó ponerse de pie pero le fallaron las piernas y él la cogió en brazos (¿qué pasa? estaba fuerte el muchacho), la metió en su coche y esperó en el hospital hasta que le dijeron que solo fue un susto y que la muchacha podía irse a casa recomendándole estar en reposo unos días para reponerse del golpe, él de nuevo se ofreció a llevarla a su casa , era tan educado y galante que ella no desconfiaba, le parecía que le conocía de siempre ( y vale vale era más guapo que  Dareck y El Duque juntos, para que os hagáis una idea) los ojos del chico tenían un aire  preocupado, así que de nuevo ella no se pudo negar, al llegar a casa se bajó del coche y le dió las gracias, sin saber que más decir,  él que se había bajado del coche para ayudarla a salir, (apertura de puerta incluída, lo tiene todo) le acompañó a la puerta se quedó un momento callado como queriendo decir algo pero sin atreverse a hacerlo y se  despidieron, la chica al llegar a su piso y quitarse la ropa se dió cuenta de algo,  había perdido uno de sus zapatos  y eso que eran sus favoritos!! de los nervios le dió un ataque de risa al pensar que sin darse cuenta había ido cogeando delante del apuesto caballero,  por todo el hospital y en la calle hasta llegar a su portal y y y se durmió con el alma llena de risa y de ilusión, ahora su corazón palpitaba a otro ritmo y no por el golpe de la moto...

El caso es que había perdido uno de sus zapatos  ¿pero dónde?.

Mientras, el joven conducía confuso a su casa y se dió cuenta que no sabía el nombre de ella, solo sabía que  necesitaba volverla a ver pero no tenia nada de ella o si,  al mirar en el asiento del copiloto vió que algo rosa brillaba y al acercarse descubrió que la chica se había dejado uno de sus zapatos ... le dió un vuelco el corazón tenía que dárselo, tenía que volverla a ver!! y una sonrisa preciosa (como ya os comentaba es más guapo que, vale, vale , no lo digo más, ha quedado claro) se dibujó en su rostro pensando en su próximo encuentro,  pero esa es otra historia...

Cuidado una cenicienta anda suelta por Madrid!!!, ha perdido un zapato  Menbur de la talla 40 TIRION.

 ¿Le devolverán uno de sus zapatos  ?.

¿Y su corazón?.

Besos (pero que romántica me he puesto, arriba el amor!  arriba los zapatos !).

Si queréis participar  id a http://www.zapatos.org/concurso-cenicienta/blogueras/